miércoles, 25 de marzo de 2015

OTRA DE ESAS EXPRESIONES. Otro ejercicio del taller de escritura




      Este ejercicio debía empezar con las siguientes palabras: "Hay golpes en la vida tan fuertes. Yo no sé…" y continuar (sin contar de manera explícita) el drama de un personaje. Este fue el resultado, para quien le apetezca. Es corto.

OTRA DE ESAS EXPRESIONES

Hay golpes en la vida tan fuertes. Yo no sé… no sé en que instante me di cuenta de que no podría. Creo que fue justo cuando nuestras miradas coincidieron.
Sé que me advertiste: “la última será la peor”, “tendrás que demostrarme que ya estás preparado”, “cuando yo no esté no será tan fácil; tan solo tendrás tus instintos, a un montón de tíos con chapa dispuestos a ponerse otra medallita a tu costa, y a ti mismo”.
¿Qué crees, que no te escuchaba? ¿Que no te tenía presente?... siempre lo hice. Pero entiéndeme… ¡entiéndeme aunque solo sea una puta vez! No se si eres consciente (creo que nunca lo fuiste) de lo mucho que cuentan esos veinticinco años de ventaja que me llevas de esa paz mental, de ese reposo interior que me prometiste. Aún no lo he encontrado. No me siento uno con ese yo profundo del que me hablaste: es como si solo me sintiera por fuera, y, solo a ratos, cuando estoy con ellas, parece que la piel transpire y el aire entre en mis pulmones, y, de repente, dejo de ser un maniquí (como los de los escaparates) y me siento alguien.
Lo único que puedo decirte, es que no pude terminar el proceso. Lo intenté. Por orden, como siempre: poner el Wild World versionado por M.Big (recuerdo bien cuando me dijiste que debía escoger una canción que me acompañara en mis momentos de descubrimiento), despertarla, sacar la instrumentación, y disfrutar del trabajo. Nunca había fallado hasta entonces, incluso me estaba empezando a convertir en todo un conocedor de cada punto de inervación ¡hay tantos! ¡y a cada cual más satisfactorio! Exploraba todas las posibilidades que me ofrecía cada herramienta: tenazas, agujas, cinta, papel de lija… ¡me encanta el papel de lija!... los restos de piel desprendidos en la carne viva… ¡uf! ¡qué puta maravilla! ¡Me encanta, joder! ¡Pero no! ¡Joder! ¡Ella no!
No podía, no con ella. ¿Pero como iba a poder después de hacerme tantas veces la vista gorda? después de hacértela a ti casi toda tu vida… ¿cómo podría con alguien que se convenció de que Pooky había desaparecido sin más? ¡Joder! ¿Cómo iba a poder hacerle eso a alguien que me ponía los calcetines limpios en el mismo cajón en el que seguían las patas del puto terrier hasta cinco años después? ¡No! ¡No era justo! Y me vale que tuvierais vuestros asuntos, problemillas, lo que fuera… pero que yo tenga que hacer tu trabajo por ti… ¡Joder, no es justo!
Así que simplemente lo hice rápido, sin adornos, sin disfrutar. Y después, como de costumbre, ya sabes… “los cerdos se lo comen todo Thomas” ¿No era así?

No me queda mucho más que decirte. Intentaré empezar en otro lado, solo. Y por favor, no intentes buscarme... no soportaría una más de esas miradas, de esas expresiones. No en ti. Adiós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario