Hoy me desperté tras tener un sueño, y tuve que plasmarlo en papel... supongo que a caballo de lo que soñé, lo que creo que fue, y lo que pensé al despertar. Esto fue lo que surgió de ello. No tardé mucho, escuchar mientras varios temas de Vast me sirvió para plasmarlo. Creo que el sueño fue más o menos así.
FIN (relato de un sueño)
Llevaba corriendo ya treinta largos segundos. Solo hacía un
minuto hablaba: de política, del tiempo, de ética, de sí mismo y de nada a la
vez.
Solo hacía medio minuto que el cielo empezó a abrirse,
veintinueve segundos que decidió no perder más tiempo allí y veintiocho que se
dio cuenta de que todo estaba cambiando, de que algo iba muy mal.
Hace ya una eternidad de veinticinco segundos que infinidad
de tonos violáceos y malvas se arracimaron a una velocidad de vértigo en el
cielo, que las nubes comenzaron a dispersarse como en una cámara rápida de un
documental de naturaleza y que, tras un giro de cuello, observó como una
oscuridad creciente se mecía lejana, pero inevitable, en las alturas.
Hacía ya quince segundos que empezó a ser consciente de su
soledad, de que no quería estar solo. Quince segundos en los que no paró de
correr hacia casa mientras todo cambiaba alrededor, quince segundos en los que,
a cada zancada, le era revelada una verdad: ya no habrá más koalas, más perros,
más noches, más despertares, más miradas entornadas, más sabores y olores
regalando sus sentidos. Ya no podrá decirle todo aquello que le transmitía su
sonrisa, compartir sus confidencias, ya nunca sabrá lo lleno que le hacía
sentir. Todo se quedará en el limbo de lo callado.
El cielo comenzó a plegarse en una inexplicable contorsión y,
de repente, lo entendió... no habrá más futuro ¿acaso lo hubo alguna vez?
Se detuvo a observar, a disfrutar del último gran
espectáculo, a sentir los extraños chisporroteos en el aire, a notar el olor
cada vez más denso a ozono, incluso a disfrutar del creciente terror a tan
traumático cambio. Junto a él, miles de almas alzaban la vista para ver como
ese punto oscuro se hacía cada vez más y más grande, ineludible, acompañado de
un sonido penetrante, cada vez más agudo.
Arrodillado, con la vista alzada y cuando el comienzo del
fin es más que patente, empieza a disfrutar: de sus lágrimas, de su miedo, de
sus vísceras, de la tierra que toca con sus manos, aferrando los segundos,
deseando que el dolor permanezca en sus oídos, enamorado de cómo el aire
empieza a faltarle, de cómo su cuerpo reacciona por recuperarlo, prendado de
cómo su estómago le reclama aún el desayuno que no tomó por las prisas esa
mañana. Consciente de su existencia hasta el final.
Solo hacía unos minutos nada de eso importaba y ,ahora, que
todo importa, el cielo se rompe y el presente se quiebra.
Fin (relato de un sueño) by Francisco José Tamaral Sánchez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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